Visión y deporte
El deporte se ha convertido en un verdadero fenómeno social. La informatización que caracteriza la forma de vida actual en los países desarrollados permite disfrutar de un mayor tiempo de ocio, a la vez que aumenta la concienciación de la población por la necesidad de combatir el sedentarismo y estrés de la vida moderna. Con todo ello, el deporte se ha impuesto como una alternativa cada vez más popular, ya sea a nivel competitivo o recreacional. Esta realidad ha cautivado el interés de diversas ciencias con el objetivo de ayudar a conseguir cotas más elevadas de rendimiento, enfocadas a ofrecer un espectáculo de mayor calidad. Este es el caso de la medicina deportiva, la física, en su aplicación a la biomecánica, la psicología, y más recientemente, la optometría deportiva. Y es que de entre todos los elementos que rodean la práctica deportiva, la visión juega un papel fundamental. Los expertos consideran que más del 85% de la información sensorial que recibimos es de origen visual, y que la mayor parte de las respuestas en el deporte son una réplica a estímulos visuales originados en el juego. Lógicamente, en función de las características del deporte y el entorno donde se desarrolla, la implicación de la visión en el rendimiento será más o menos considerable. Por citar un ejemplo, el papel de las habilidades visuales en la natación no es tan crucial como en el tenis de mesa o el tiro al plato.
La Optometría deportiva surgió en EEUU, y posteriormente, como ocurre en numerosas ocasiones, su tecnología se exportó a diversos países europeos como Inglaterra, Italia, Holanda y España. En nuestro país, el Sports Vision Madrid, inaugurado en 1992 y ubicado dentro de las dependencias del Centro de Optometría Internacional, ha sido pionero indiscutible. Posteriormente, en el año 1994, fruto de un convenio entre la Universitat Politécnica de Catalunya y el CAR de Sant Cugat del Vallés, se crea un Centro de Visión especializado, destinado a cuidar la función visual de los deportistas de elite. Paralelamente, en la Escola Universitaria d’Optica i Optometría de Terrassa se implanta la signatura optativa de Visión y Deporte, dentro del programa académico de la Diplomatura en Optica y Optometría. Por último, en la Universitat de Valencia surge el Grupo de Visión Deportiva, que desde 1996 trabaja preferentemente dedicado al fútbol y al baloncesto.
En cualquiera de los centros mencionados, los especialistas en Optometría Deportiva tienen como objetivo la optimización del sistema visual del deportista desarrollando actividades encaminadas a prevenir la patología y traumatismos con adecuada protección ocular, y a la preparación del jugador para mejorar su rendimiento deportivo por medio de un sistema de compensación óptica (gafas o lentes de contacto), y/o entrenamiento visual específico para su disciplina deportiva y el entorno donde se ésta se desarrolla.
A continuación presentamos un breve repaso de las áreas de actuación de la Visión Deportiva:
Protección Ocular
Destacamos tres tipos de lesiones oculares originadas en la práctica deportiva:
• Por la radiación solar.
• Por impacto y cuerpo extraño.
• Por agentes químicos.
La exposición prolongada a las radiaciones ultravioletas en la práctica de algunos deportes como el esquí, el alpinismo o la vela, pueden producir procesos como inflamaciones de la córnea y conjuntiva asociadas a lagrimeo, hipersensibilidad a la luz y dolor.
Con respecto al impacto mecánico sobre el ojo, debemos considerar desde pequeñas contusiones en los párpados hasta el estallido del globo ocular. Hay deportes que conllevan mayor riesgo de traumatismos como por ejemplo, el boxeo o los deportes de raqueta, especialmente el squash, donde el tamaño de la pelota es tal que encaja fatalmente en la cavidad orbital, con el
agravante de que se desplaza a gran velocidad. El peligro potencial de sufrir accidentes oculares disminuye en deportes donde la pelota tiene mayores dimensiones y se mueve a menor velocidad.
Agentes químicos como el cloro utilizado en las piscinas pueden desencadenar procesos irritativos e infecciosos.
Por todo ello, se hace indispensable el uso de gafas de protección apropiadas para prevenir los riesgos que conllevan los distintos deportes. En general se recomiendan monturas transparentes, ligeras, estables, resistentes a los choques y a los agentes químicos, con cristales de plástico que absorban la radiación ultravioleta.
Neutralización óptica con gafas y lentes de contacto
Una de las características más destacables de las gafas de protección ocular, es la posibilidad de incluir en ellas elementos para la neutralización óptica del deportista con cristales graduados. Con ello se asegura al jugador un uso más confortable de la gafa, dado que posibilita una mayor libertad de acción. Por otro lado, las lentes de contacto se consideran el mejor sistema óptico compensador en el deporte, dado que presentan un gran número de ventajas como: Proporcionar una imagen más similar a la del emétrope, apenas interferir en el campo periférico, permitir mayor libertad de movimiento, potenciar la seguridad y confianza en sí mismos de algunos deportistas, y procurar un cierto grado de protección ocular.
Entrenamiento visual en el deporte
La visión engloba una serie de habilidades susceptibles de entrenamiento y mejora. En el caso concreto del deporte, las habilidades más relacionadas se describen a continuación:
Agudeza Visual Estática: Habilidad que permite discriminar detalles de objetos estáticos en condiciones de reposo del sujeto. Los deportes de precisión como el tiro o el golf son un claro exponente.
Agudeza Visual Dinámica: Habilidad de discriminar detalles cuando existe movimiento relativo entre objeto y sujeto. Puede darse el caso de que se desplace el sujeto (automovilismo), el objeto (tiro al plato), o ambos (tenis).
Función de sensibilidad a los contrastes: Determina la sensibilidad visual del deportista en distintas condiciones de iluminación.
En el esquí, la detección e interpretación de los distintos niveles de gris resulta esencial para los descensos.
Movimientos oculares: De seguimiento, sacádicos y fijaciones, que permiten la movilidad del ojo para explorar el espacio en todas las direcciones. De gran importancia en todos los deportes, cobran especial importancia en los de pelota.
Flexibilidad de acomodación: Habilidad del deportista para enfocar rápidamente objetos situados a diferentes distancias. Resulta especialmente crítica en los deportes de precisión, aunque de forma general también se relaciona con la fatiga visual durante los encuentros en deportes colectivos.
Percepción de la profundidad: Habilidad que permite predecir las distancias entre el jugador, la pelota, compañeros, contrarios, líneas de juego…
Visión periférica: Capacidad necesaria para poder detectar y responder a estímulos visuales ubicados en áreas del campo visual alrededor del punto donde se fija la mirada. Permite por ejemplo, al jugador de baloncesto, mirar la canasta al desplazarse botando la pelota mientras controla la posición de los otros jugadores.
Tiempo de reacción visual: Mínimo tiempo requerido para captar y reaccionar a la información visual. Implícito en la mayor parte de disciplinas deportivas que requieran respuestas rápidas. Aunque no puede considerarse una habilidad visual genuina, la incluimos en esta lista por el hecho de que al entrenar la visión del deportista, en general, siempre intentaremos potenciar la mayor rapidez de respuesta posible.
Los estudios científicos desarrollados hasta la fecha en el contexto de la Visión Deportiva permiten establecer las siguientes conclusiones con referencia a las habilidades visuales mencionadas:
• Los deportistas suelen tener mejores habilidades visuales que la población sedentaria.
• En función de las características y demandas visuales del deporte practicado, se encuentra un mayor desarrollo de distintas habilidades visuales. Por ejemplo, el perfil visual de un tirador de carabina resulta muy diferente al de un jugador de fútbol.
• Dentro de una misma modalidad deportiva, los atletas de mayor nivel suelen gozar de habilidades visuales más desarrolladas con respecto a los de menor nivel de rendimiento.
• La mayor parte de las habilidades visuales implicadas en la práctica deportiva son susceptibles de mejorar con un entrenamiento visual adecuado.
• El entrenamiento y mejora de las habilidades visuales específicas de las diversas modalidades deportivas puede tener transferencia al rendimiento deportivo.
El diseño y ejecución de cualquier programa de entrenamiento visual debe ir precedido de una evaluación optométrica completa, así como de la valoración de las habilidades visuales requeridas para la disciplina deportiva en cuestión con el objetivo de establecer el rendimiento visual del jugador. Aunque, lógicamente, los deportistas con deficiencias más notables a nivel visual pueden beneficiarse en mayor grado de la realización de ejercicios visuales, también en el caso de gozar de un sistema visual óptimo, es posible conseguir mejoras funcionales.
En general, en cualquier planificación de un programa de entrenamiento visual deportivo completo, se diferencian tres etapas:
1. Entrenamiento visual general: Para conseguir niveles óptimos de funcionalidad de las habilidades visuales que presentan algún déficit. Se realiza en consulta, utilizando técnicas e instrumentos convencionales de terapia visual.
2. Entrenamiento visual específico: Para potenciar las habilidades visuales más relacionadas con la disciplina deportiva y el rol del deportista en cuestión. Se suele realizar en consulta, mediante técnicas específicas y sofisticados instrumentos especialmente diseñados para la optometría deportiva.
3. Entrenamiento visual integrado: Para mantener los logros conseguidos en la consulta y asegurar la transferencia de esas mejoras visuales al rendimiento deportivo, se diseñan ejercicios en los que se integran capacidades técnico-tácticas, físicas, psicológicas y visuales que puedan ser entrenadas en el campo, durante el desarrollo del propio deporte.
En la actualidad, a pesar de que esta área de conocimiento no ha hecho más que comenzar su expansión, la optometría deportiva ya ha evidenciado logros suficientes como para que, como ya sucede en diversas entidades deportivas, ocupe de forma más generalizada, un lugar relevante en la preparación interdisciplinaria del deportista, trabajando de forma coordinada con psicólogos, técnicos, médicos y preparadores físicos.
Autora: Lluisa Quevedo i Junyent. DOO; Licenciada en Psicología Profesora en la Escola Univ. de Óptica i Optometría de Terrassa (UPC)
Directora del Centro de Visión del Centro de Alto Rendimiento de Sant Cugat del Vallés (Barcelona)