El CNOO recomienda a los conductores que acudan al óptico-optometrista para revisar su visión antes de emprender un viaje
Con las fiestas de Semana Santa y la llegada del buen tiempo, se multiplican los desplazamientos por carretera. Si es importante tener a punto el vehículo y revisarlo antes de viajar, lo mismo debemos hacer con nuestra visión. Más aún si tenemos en cuenta que el 90% de la información que se percibe al conducir llega a través de la vista, por lo que las condiciones visuales son determinantes para la conducción y guardan una significativa relación con los accidentes producidos por fallos humanos y distracciones visuales.
Según señala Juan Carlos Martínez Moral, Decano del CNOO, «si todos los conductores nos revisásemos la vista cada año se reducirían los accidentes». El problema está en que el 46% de los automovilistas no lo hace, aumentando, por tanto, el riesgo de sufrir accidentes de tráfico.
Enemigos de la conducción
Fatiga ocular: Todo lo que implica un uso continuado de los ojos provoca fatiga. La conducción requiere un esfuerzo constante con un altísimo grado de demanda visual. La aparición de estímulos es constante y estos se reciben en su mayoría (90%) a través de la vista. Ante la fatiga ocular, el CNOO recomienda parar el coche, cerrar los ojos o mirar a lo lejos, sin fijar la atención en ningún detalle, para que así se relajen nuestros ojos.
Noche: Los accidentes de tráfico aumentan durante la noche y la agudeza visual se reduce hasta en un 70%. No se perciben igual los colores, y se puede perder la sensación de relieve. Además, hay conductores que padecen miopía nocturna y que deberían usar las gafas correctoras durante la noche. Si se utilizan lentes de contacto, los ojos se resecan más, por lo que es conveniente, por la noche, sustituirlas por unas gafas correctoras dotadas de un cristal lo más transparente posible.
Amanecer y anochecer: Son las peores horas del día en cuanto a luminosidad se refiere. Los automovilistas que tienen defectos visuales lo van a notar especialmente.
Lluvia, granizo, nieve: Cuando conducimos con condiciones climatológicas adversas se disminuye la visión y se producen reflejos debido a las gotas de agua suspendidas en la luna del coche. En estas circunstancias es fundamental conducir con la visión máxima, es decir, con las gafas graduadas y lentes correspondientes.
Aliados de nuestra vista
Revisiones periódicas: Dada la importancia de nuestra información visual, es fundamental que nuestra vista esté en el mejor estado posible. Por ello es muy recomendable hacerse revisiones periódicas, y aquellas personas con problemas de visión y que necesiten gafas deben seguir las recomendaciones de su ópticooptometrista.
Gafas de sol: En estos días de alta luminosidad y en los momentos en los que haya cambios bruscos de luz, las gafas de sol son imprescindibles. Pero hay que tener mucho cuidado con el tipo de gafas de sol, ya que, según el CNOO, el 70% de las gafas que se venden en España no cumplen con las normas de seguridad sanitarias.
Gafas de repuesto: Martínez Moral recomienda que «antes de realizar un viaje hay que someterse a una graduación de la vista, y conviene llevar siempre unas gafas de repuesto en el coche y que éstas sean de la misma graduación que las que utilizamos habitualmente».
Lo que dice la Ley
- Si utilizas lentes de contacto o gafas es obligatorio llevar unas lentes de repuesto.
- Si te has operado, la Ley establece que si la operación es refractiva (miopía, astigmatismo…) hay que esperar un mes sin conducir desde la operación (3 en caso de los profesionales del volante). Después, se tendrá permiso para conducir durante un año y, tras ese tiempo, es necesario volver a revisarse la vista.
- Si la operación es de cataratas, el afectado tiene que esperar un mes para conducir (3 para los profesionales) y después hay que obtener un certificado que permita conducir.