La mayoría de los padres se toman la molestia de poner crema solar a sus hijos. Sin embargo, se olvidan de uno de los mayores riesgos asociados al sol: el daño que provoca en los ojos de los más pequeños.
Los oftalmólogos intentan ahora concienciar a la población del peligro de un exceso de exposición a los rayos ultravioleta, que es acumulativo e irreversible. Los niños y los adolescentes son especialmente vulnerables a los rayos del sol porque su cristalino no es lo suficientemente maduro y no filtra bien la luz de los rayos ultravioleta, lo que puede provocar daños en la retina.
De media, los niños reciben al año una exposición a los rayos solares tres veces superior a la de los adultos. Sin embargo, menos de la mitad de los padres obligan a sus hijos a usar gafas de sol, según un estudio del grupo comercial Vision Council, y de la Academia Americana de Oftalmología. Años de una excesiva exposición de nuestros ojos al sol pueden provocar tumores oculares.
Fuente: Laura Landro (Aeoptometristas)