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El sistema Augmented Lecture Feedback System (ALFS) busca mejorar la comunicación entre los alumnos y el profesor durante una clase como las que se imparten en la universidad. Lo acaban de presentar investigadores de la Universidad Carlos III de Madrid (UC3M).

Su funcionamiento es bastante intuitivo: el profesor lleva unas gafas de realidad aumentada que le permiten visualizar símbolos encima de cada alumno. Los símbolos indican en qué estado se halla la persona mientras se desarrolla la actividad.

“Estos símbolos son activados por el alumno a través de su teléfono móvil y sirven para comunicar al profesor que no se está entendiendo su explicación, que ya se ha comprendido, que vaya más despacio o que conoce o no la respuesta a la pregunta que acaba de hacer a la clase”, explica uno de los investigadores del Grupo de Sistemas Interactivos de la UC3M, Telmo Zarraonandia.

De esta forma, el profesor es capaz de conocer, simplemente con mirar qué símbolo ha desplegado un alumno sobre su cabeza lo que este le desea comunicar. Además, el sistema muestra en la parte superior de las gafas un diagrama con los porcentajes de las respuestas dadas por todos los asistentes, lo que puede resultar especialmente útil en grupos numerosos.

La principal ventaja es que el alumno dispone de una nueva vía de comunicación que le permite ponerse en contacto con el profesor de forma inmediata y privada, con lo que no es necesario interrumpir la clase.

“Este canal que hemos creado puede servir para vencer los problemas de timidez o el miedo a expresarse delante de la clase que experimentan algunos alumnos”, indica otro de los investigadores, Ignacio Aedo, catedrático del departamento de Informática de la UC3M. De esta manera, el profesor dispone de una fuente inmediata de información sobre lo que sus alumnos están captando de su exposición.

“Se espera que el sistema permita desarrollar clases magistrales más eficientes, porque el disponer de un mayor feedback y de manera continua permite al profesor adaptar la clase al conocimiento real de los alumnos, aportando ejemplos extra, variando el ritmo o saltándose aquellas partes que los alumnos indican ya conocer o recordar”, concluye Aedo.

Por otro lado, el sistema permite al profesor visualizar a través de las gafas notas o comentarios que previamente ha introducido y que no quiere olvidar mencionar en determinados momentos.

Educación del futuro

La arquitectura del sistema se describe en un artículo científico publicado en la revista British Journal of Educational Technology en un monográfico especial dedicado a la educación del futuro.

El prototipo que han desarrollado los investigadores se controla mediante gestos, capturados con una Microsoft Kinect; con esos gestos el profesor selecciona la diapositiva de apoyo a una explicación o activa preguntas predeterminadas a las que los alumnos responderán desplegando diversos símbolos seleccionados por medio de sus móviles.

El sistema puede identificar a los alumnos mediante reconocimiento facial (cargando previamente sus fotos a una base de datos) o, en grupos más numerosos, a través de un sistema de posicionamiento basado en marcadores.

Para que los alumnos puedan seleccionar los símbolos basta con que se conecten con sus teléfonos móviles al servidor donde el sistema está instalado. El profesor, por su parte, tan solo necesita unas gafas de realidad aumentada.

“Debido a su capacidad de desplegar información sobre el campo de visión del usuario, estos dispositivos tienen el potencial de cambiar la forma en que realizamos muchas de nuestras tareas cotidianas, además de ofrecer posibilidades muy interesantes desde el punto de vista de la investigación”, comenta Telmo Zarraonandia.

A día de hoy, los modelos de gafas de realidad aumentada son todavía caros y poco ergonómicos porque pesan demasiado y dificultan la movilidad del profesor, pero “se espera que en los próximos años se encuentren en el mercado modelos que permitan su utilización en la clase, como podría ocurrir con las nuevas gafas de Google, a las que podría adaptarse este sistema”, puntualiza Ignacio Aedo.

Esta investigación forma parte del proyecto Information Technologies for Planning and Training in Emergencies, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad y en el que participan investigadores de la Universidad Politécnica de Valencia y de la Universidad Pablo de Olavide. Su objetivo, estudiar cómo aplicar la realidad aumentada y otras tecnologías al entorno de la gestión de emergencias.