MADRID, 10 Feb./2013
(EUROPA PRESS) –
El uso diario de las nuevas tecnologías –móviles, ordenadores, tabletas o ‘ebooks’– está provocando un aumento en el número de jóvenes con problemas visuales. De hecho, se prevé que en el año 2020 el 33 por ciento de los adolescentes tendrán miopía como consecuencia de la utilización inadecuada de estos aparatos.
Así lo ha asegurado a Europa Press la vocal de optometría pediátrica del Colegio Nacional de Ópticos-Optometristas, Isabel Sánchez, quien, además, ha informado que un estudio realizado por la Universidad de Cambridge (Reino Unido) ha demostrado que por cada hora a la semana que un niño pasa al aire libre se reduce en un dos por ciento el riesgo de padecer miopía.
«El uso de móviles, tabletas, ordenadores o libros electrónico genera síndrome de fatiga visual. Esto se produce por la radiación que emiten los aparatos, porque se enfoca directamente sobre una fuente de luz y produce fatiga y, porque el uso efectivo del mecanismo de acomodación de los ojos que permite enfocar de cerca en este tipo de pantallas provoca un aumento en la capacidad de convergencia, dando lugar a la aparición de falsas miopías», ha explicado la experta.
Los principales síntomas que suelen aparecer por este uso indebido son cansancio, ardor de ojos, sequedad, picor o parpadeo constante. Además, la visión se vuelve borrosa, tanto de lejos como de cerca, hay dolor de espalda, de cuello, de cabeza e, incluso, se pueden producir cuadros de ansiedad.
NO HAN CONCIENCIACIÓN DEL RIESGO
En este sentido, la experta ha alertado de que la sociedad no está realmente concienciada de que estos síntomas llevan aparejados la presencia de alteraciones visuales, por lo que ha destacado la necesidad de que aumenten las campañas de prevención y de que los padres observen a su hijos con el fin de evitar estos problemas.
«El uso excesivo de estos aparatos hace que pacientes que no son miopes se hagan miopes y que pacientes que tenían miopía les aumente más de lo debido. Por ello, es necesario que haya una mayor concienciación porque, además, estos problemas visuales afectan también al rendimiento escolar de los pequeños», ha recalcado Sánchez.
Por todo ello, la experta ha aconsejado modular el tiempo que los niños pasan delante de un aparato electrónico; alejar las pantallas; poner un tamaño de letra grande para que el esfuerzo de lectura sea menor ; aumentar el contraste de la pantalla; tener una buena iluminación, preferiblemente luz natural; usar pantallas de alta resolución y evitar los reflejos.
Asimismo, la también vicedecana de la Facultad de Óptica-Optometrista de la Universidad Complutense de Madrid ha recomendado parpadear habitualmente para evitar la aparición del ojo seco; usar lentes de contacto con una permeabilidad alta y utilizar gafas que lleven un «buen» filtro antireflejante».
«Estas son normas que nos pueden ayudar a disminuir un poco todas estas consecuencias. No obstante, en cualquier caso, lo fundamental es modular el tiempo que se utilizan estos dispositivos y, también, descansar cinco minutos por cada hora de trabajo», ha zanjado.